A finales del siglo pasado, las medidas de prevención y control de infecciones en una clínica dental eran inexistentes. Para los que recuerden aquellos tiempos, en una clínica dental no se utilizaban barreras de protección como guantes o mascarillas. No se utilizaban desinfectantes como ahora y mucho menos se esterilizaba, ya que los primeros autoclaves, en una clínica dental, aparecieron a principios de los 80.

Todo cambió con el SIDA, en la década de los 90, que provocó un temor a acudir a una clínica dental por el miedo al contagio. A partir de la llegada del SIDA se tomaron medidas, en especial por parte del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades o CDC norteamericano. Este organismo publicó una Guía para el control de infecciones en clínicas dentales en el año 2003 y que, desde entonces, se sigue aplicando.

Actualmente, todas las clínicas dentales tienen un protocolo de prevención y control de infecciones que funciona perfectamente. Pero en el tema de la Bioseguridad, y con una época que se nos presenta pandémica, el problema a combatir por el odontólogo y su clínica no es sólo el virus, sino también el tiempo y el dinero. Tiempo y dinero son los recursos más escasos para un odontólogo. En la actualidad, el dentista, además de tratar a los pacientes, debe gestionar su negocio, competir con el resto, formarse continuamente y estar al día (tecnologías, administración, etc.). A diferencia de la Odontología de antaño donde el dentista trabajaba por sesiones, y no todos los días, y su competencia era mínima. Por eso, es necesario facilitarle el trabajo.

Un recurso, que facilitaría la labor al odontólogo en el tema de la Bioseguridad, sería el disponer de una Guía oficial en Bioseguridad y única para todos los colegiados o Colegios de Dentistas. No es posible que, a día de hoy, un odontólogo no disponga de una guía o manual para conocer todo el protocolo en Bioseguridad de su clínica, porque no hay ninguna guía oficial al respecto. Por eso, ocurren casos como en el año 2020 que, aunque las clínicas dentales permanecieron cerradas muchos meses y otras solo con servicios de urgencias, se triplicó las ventas en desinfectantes. No sería lógico este dato, si no fuera porque los profesionales no solo se asustaron, sino que tomaron medidas excesivas, fruto del miedo y el desconocimiento.

Es cierto que, por parte del Consejo y de todos los Colegios de Dentistas, se ha realizado una campaña de información respecto al COVID-19. Sólo hay que ver la página web del Consejo General para comprobar todos los cursos, webs, y especialmente los documentos, comunicados, etc. Pero un cúmulo de artículos no es la solución, si podemos tener una guía o manual con toda la información esencial y actualizada en un único documento y que de una manera fácil y rápida permita al profesional estar al corriente de cualquier tema relacionado con la Bioseguridad de su clínica. Desde Canal Dental pensamos que, a partir de ahora, se debería de buscar una solución que simplifique la labor del odontólogo a la hora de conocer todo lo relacionado con la Bioseguridad de su clínica. Una solución similar a la ventanilla única”.

Tampoco es lógico que no haya, por parte de los Colegios, un Servicio o centro de atención e información en Bioseguridad para cualquier duda que necesiten conocer los colegiados sobre la Bioseguridad de su clínica, en un momento dado. Así ocurre que cuando un odontólogo ha querido tomar medidas en Bioseguridad ambiental no hay nada ni nadie que le haya informado al respecto y, por eso, se han cometido muchos abusos, como vender dispositivos para la purificación del aire que no eran apropiados o a precios excesivos, por poner sólo un ejemplo.

Si hablamos del tema económico, del dinero que va a suponer estar al día en la Bioseguridad de una clínica dental, desde Canal Dental pensamos que en la Bioseguridad de una clínica dental, una Certificación ISO 9001 no es una solución, y supone un coste anual importante que debemos añadir a los costes de explotación de una clínica, ya de por sí elevados. En una Certificación ISO 9001 se revisa y controla anualmente, por ejemplo, la Protección Radiológica y la Protección de Datos, pero como sabemos una clínica dental, tenga o no Certificación ISO, está obligada a tener una empresa que anualmente le revise estos temas. Menos aún es necesaria en el tema de la Bioseguridad, porque no ofrece ninguna solución al  protocolo de prevención de infecciones (precauciones estándar, desinfección y esterilización) que una clínica realiza.  Es decir, una Certificación ISO 9001 no es eficaz en el tema de la Bioseguridad,  porque no ofrece ninguna ventaja,  ni eficiente porque supone un sobrecoste importante.

Como tampoco lo es que, llegada una pandemia, los profesionales no tengamos ni una Guía oficial en Bioseguridad ni un Servicio de atención al que acudir para que nos informe y asesore sobre lo que debemos y no debemos de hacer en un momento dado. Con ello nos hubiéramos ahorrado mucho dinero, sin duda, y mucho menos estrés y miedo al contagio. Porque si es importante la salud de los pacientes, también lo es la salud de los profesionales de la salud dental. Si hay una profesión de alto riesgo, en el contagio de enfermedades infecciosas, es la del odontólogo, y más cuando la transmisión de muchas enfermedades es por vía aérea como es en el caso del COVID-19, Tuberculosis, Varicela, Gripe. Sin olvidarnos del resto, como Hepatitis B, SIDA, y de los que, por desgracia,  aparecerán en el futuro.

Para elaborar este reportaje, vamos a preguntar a los profesionales para saber cuáles son las medidas que creen que son necesarias, sobre todo después de esta grave pandemia, para solucionar la Bioseguridad de una clínica dental de una manera eficaz y eficiente.

Si quiere participar en este reportaje y dar su opinión, contáctenos en: info@canaldental.com